¡YO SOY FIDEL!.
La inmensa mayoría
del pueblo de Cuba y buena parte del mundo progresista, recuerda y despide a quien
nos enseñó a ser más dignos, mas
patriotas, a quien nos condujo con su liderazgo a sacudirnos el yugo de la
dominación estadounidense sobre Cuba. Es un hecho.
Dominación
impuesta por una intervención militar
estadounidense que arrebato a los cubanos el triunfo sobre el colonialismo español,
e impusieron sus designios desde finales
del siglo XIX hasta la victoria del 1 de
enero de 1959, fecha que marcó el punto
de cambio hacia la definitiva soberanía e independencia del pueblo cubano, al destronar al dictador Fulgencio Batista,
servidor incondicional del gobierno estadounidense.
Es una
realidad inobjetable que Fidel Castro líder
indiscutible de la última gesta libertaria
y su triunfo junto al pueblo cubano, construyó una sociedad diferente: altruista, solidaria y
mucho más justa y democrática que muchas sociedades capitalistas occidentales y
gracias a él y al sentimiento internacionalismo inculcado en el pueblo
cubano, otros pueblos aprendieron a sacudirse la opresión del colonialismo y del neocolonialismo impuesto
durante siglos por las potencias capitalistas que les dominaban.
Cuba obtuvo
bajo el liderazgo de Fidel Castro, a pesar del incuestionable hostigamiento
exterior permanente de los Estados Unidos y de su ayuda a la subversión interna
todos estos años, resultados excepcionales en materia de desarrollo humano:
abolición del racismo, emancipación de la mujer, erradicación del
analfabetismo, reducción drástica de la mortalidad infantil, elevación del
nivel cultural general. En temas como la educación, la salud pública, la investigación
médica y de deporte, Cuba ha obtenido niveles que la sitúan en el grupo de
naciones más eficientes y avanzadas.
Por sus
logros sociales y por la práctica y ejercicio político de principios éticos humanistas, Cuba
seguirá siendo una isla revolucionaria y antiimperialista. Cuba seguirá siendo
internacionalista. El fallecimiento de
Fidel no conduce como sus detractores políticos pretenden hacer creer, a la pérdida
de su legado. Más de cuatro generaciones de cubanas y cubanos son fidelistas
sino socialistas y este momento de la historia
ha conducido a la sociedad a un punto de reflexión hacia lo interno, de concreción y definición del pensamiento y actuar futuro: Seremos fieles a su legado. Hay
una razón esencial para ello: Fuimos educados con su ejemplo.
Este momento
histórico significa la reafirmación de nuestras justas ideas y proyectos por un
futuro mejor, próspero y sostenible, para potenciar nuestra libertad e
independencia plena y la preservación del socialismo como sistema político. No volveremos
al pasado. Con inteligencia y esfuerzo
continuaremos la marcha. Todos sabemos lo que tenemos que hacer. Trabajar,
trabajar y trabajar y la obra será
invencible.
Todavía es
una enigma cuál será el rumbo que tomará las relaciones Estados Unidos-Cuba a
partir de enero del 2017, una vez que Trump asuma la presidencia. Pero, lo
cierto es, como todos coinciden en sus análisis, que dicho personaje estrafalario no asustará
al pueblo cubano, pues con su avisada política de poder poco inteligente,
sabemos por dónde viene. El pueblo cubano vencerá, como dijo Fidel en una de
sus últimas alocuciones. Sabremos seguir luchando por el fin del bloqueo
económico, comercial y financiero; por la devolución del territorio ilegalmente
ocupado por los EE.UU. en Guantánamo;
por el fin de las transmisiones ilegales de “radio y televisión Martí”, que
intentan infructuosamente subvertir la revolución cubana y restaurar la
dominación estadounidense en Cuba, como en los peores tiempos de la “guerra
fría”.
Por lo
tanto, nos asisten poderosas razones para la defensa de nuestra cultura,
independencia y soberanía nacional, por nuestro socialismo.
Más que un
lema en boca del pueblo, más que una consigna repetida por el trance del dolor
y la sacudida del alma, es un sentimiento de orgullo y de positiva posesión de
principios cuando todos gritamos: ¡Yo soy Fide!.
Ese es el
legado. Ese es el camino y de todos será la victoria.
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